En el colegio de Pablo no se habla de otra cosa, el equipo “Once FC” quedó como finalista del Campeonato Regional. ¡Qué buena noticia!
Pero aunque Pablo intenta concentrarse en su deporte preferido, hay algo que lo tiene distraído: descubrió escritas en un escritorio, la inicial de su nombre y la de la chica que le gusta. Hay pocas probabilidades de que sea él, pero… ¿y si es? La ilusión es casi tan grande como la ilusión de ganar el último partido del campeonato.
Pablo trata de enfocarse en su sueño: promete dejar todo en la cancha y ¡hasta comer brócoli! Es veloz, ágil, corre como una liebre y aunque casi nunca la toca, a veces, le llega la pelota, como un regalo del cielo y ahí… aparece la magia.