¿Qué se esconde detrás de una tía que avanza con el hocico levantado, olfateando el camino y saludando a cada perro que se le cruza? Arturo, su sobrino, es el único que lo descubre y puede contarlo. Por eso, solo él puede salir en su ayuda cuando su tía Karina y todos los perros del mundo peligran.
Una novela de espionaje, héroes y villanos de edificio, que hasta los perros leerían si pudieran hacerlo.