Ella era más cristiana que yo, para ella el cristianismo no era un sermón, ni una hostia, era mucho más, era sentir el dolor de los desamparadosâ, con palabras como estas recuerda el Padre Hernán Benítez a Eva Perón, una mujer determinante en su vida y en la de millones de argentinos.
Nacido en un pequeño pueblo del norte de Córdoba, jesuita y con una gran formación cultural, el Padre Benítez fue un sacerdote singular que se acercó al peronismo poco antes del 17 de octubre. Fue confesor y asesor de Evita y colaboró con ella en su Fundación, además de tener trato asiduo con Perón. Sus firmes convicciones polÃticas le valieron la sanción de la jerarquÃa eclesiástica, que lo aisló, le prohibió dar misa y lo alejó de toda relación con sus feligreses. El golpe de Estado de 1955 no lo hizo bajar los brazos y participó de la Resistencia peronista impulsando el periódico RebeldÃa. Además, fue un admirador de la Revolución Cubana y el Che, y, entrados los años 70, apoyó al peronismo revolucionario desde la Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires.
Norberto Galasso recupera la figura del Padre BenÃtez a partir de una serie de conversaciones que tuvieron, poco antes de la muerte del sacerdote. En la casita de la localidad de Florida donde el cura vivÃa, âen compañÃaâ de un busto de Evita, una lámina de Marx y un óleo del Che Guevara, estos dos argentinos profundamente comprometidos con el paÃs, BenÃtez y Galasso, trazan un recorrido a través de más de medio siglo de nuestra historia: los inicios del peronismo, Evita, Juan Perón, la revolución fusiladora, la Resistencia Peronista, el Peronismo Revolucionario y el papel de la Iglesia en la dictadura. Esas cálidas charlas tampoco eluden temas complejos para la religión católica, como la teorÃa de la evolución, la concepción de la muerte, la TeologÃa de la Liberación y las relaciones del Cristianismo con el Marxismo y el Capitalismo. Dos trayectorias diferentes capaces de entablar un diálogo respetuoso, donde asoman reflexiones compartidas.
Editorial: Colihue
Páginas: 256