Si en el pasado era una enfermedad, la Modernidad amplió y cambió el significado y el sentido del vértigo. Andrea Cavalletti toma el concepto de «vértigo» comenzando por un análisis muy original de la película homónima de Alfred Hitchcock y del libro que la inspiró.El autor construye, a través de Montaigne, Kierkegaard, Hume, Descartes, Kant, Husserl, Heidegger y Freud, entre otros, una reflexión filosófica novedosa y múltiple del concepto, combinada con los estudios del psicoanálisis y la medicina. Para el médico y filósofo Marcus Herz, discípulo de Kant, el vértigo deja de ser una pura categoría médica para convertirse en una posibilidad inmanente a la conciencia.El vértigo se relaciona con la capacidad de representación de las experiencias espacio-temporales. Cavalletti propone que con el vértigo «lo sucesivo tarda en venir o llega anticipándose y se confunde con lo precedente, mientras que el pasado toma el lugar del presente y absorbe el futuro. Si el vértigo no es sólo una patología médica, tampoco es una ilusión causada por la fuerza de la imaginación».En el estudio de las ciencias de la salud mental el vértigo era una especie de comodín aplicable a disímiles comportamientos de los individuos: afecciones mentales, visuales, auditivas, cardíacas, gástricas, epilépticas. Para el psicoanálisis el vértigo se sitúa entre la realidad y la interpretación, entre la lengua manifiesta y la secreta, estrechamente conectado con la dinámica del análisis. El sujeto con vértigo pierde el punto de anclaje en el espacio, que es la desaparición del equivalente espacial del yo.Para el historiador del arte Robert Klein «el vértigo, mucho más que una patología, es la conciencia de lo inapropiable, que arroja al yo fuera de su propia esfera».El vacío atrae, según Cavalletti, porque es un aquí aun siendo un allí.A través de sucesivos desplazamientos, el vértigo, como temor a las alturas, no sería tanto el miedo a caer sino a ceder a la tentación de arrojarse.Con este ensayo, el autor establece una apasionante genealogía multicausal del concepto de vértigo.
Editorial: Adriana Hidalgo
Páginas: 352