En la parcela de eternidad llamada Pabellón Argentino convocan a un festejo. Los espectros de artistas antes queridos se preparan sin preguntarse qué se celebra en ese infierno tan parecido al paraíso; o viceversa. Las caras y caretas aflorarán en plateas; pullmans y palcos. ¿Es el Armenoville (...)
Editorial: Planeta
Pg.440