Abrumado el cuerpo de realidad y de memoria, poetiza con ojos que le han borrado los límites: todos somos esta zona pestilente y pandémica. Da lo mismo la guerra, el hambre, el virus o el raquitismo del perro de la calle. Si pudiéramos ver que a veces, todos somos perros de la calle. Del viaje poético, bellamente estilizado aún en el ardor, María, combina esas palabras, cuyos significantes son abiertos y habrán de estallar en cada uno de nosotros, los lectores.
Editorial: El Mensú
Páginas: 108