«No debería uno contar nunca nada», dice el narrador, Jacobo o Jacques Deza. Y sin embargo su tarea en Londres va a ser contarlo todo, hasta lo aún no sucedido, al ser contratado por un grupo creado durante la Segunda Guerra Mundial por el Servicio Secreto británico para que con su «don» o maldición les diga lo que la gente hará en el futuro y cómo serán sus rostros mañana, quiénes nos traicionarán o nos serán leales.