Nunca el fuego de la Hoguera estuvo más ávido que durante el Concilio de Trento. Mientras se establecía el Dogma, en pleno Renacimiento, se sucedían fanáticos enfrentamientos y enconados conflictos político-religiosos. En ese marco prosperó, hacia el último año del Concilio (1563), la clandestina, subterránea relación entre uno de los más prestigiosos prelados que asistieron a la Sacra Asamblea, el obispo Procopius, y su aventajada discípula, la juvenil y bella Gitona. Procopius, de la Orden Jesuita, varón de edad provecta, personalidad complejísima, renombrado teólogo, pensador profundo, musicólogo y excelso intérprete del órgano, profesó una desmedida pasión por Gitona y sus encantadoras y precoces astucias, hasta que la Providencia dio a sus destinos un brusco, inesperado vuelco. ‘Trento’ concilia todos los géneros literarios, hasta narrar el encuentro final con un Dios impasible, ilusorio e irónico.
Editorial: Adriana Hidalgo