Lo único que Eden desea es que el reloj retroceda y volver al día en el que todo cambió. Porque, si pudiera, lo haría todo de forma diferente: no se reiría de sus bromas, ni ignoraría la forma en la que él la miró durante toda la noche. Y, definitivamente, echaría el cerrojo de la puerta de su habitación cuando se fuera a dormir.
Pero no puede viajar en el tiempo. Así que no le queda más remedio que enterrar la verdad y, con ella, a la chica que solía ser. Finge que no necesita amigos, ni amor, ni justicia. Sin embargo, conforme su mundo se desmorona, una cosa queda clara: la única persona que puede salvar a Eden es la propia Eden.
Editorial: Roca
Páginas: 352