Me llamo Rafaela Rivera y tengo 16 años. No me veo redonda, pero estoy lejos de tener el cuerpo que muchos esperan. Me harté de escuchar el típico "tenés una cara preciosa" mientras piensan "lástima el cuerpo". Incluso mi mamá suele recordarme lo distinta que debería ser. Por suerte nuestra casa también es mi refugio, me encanta cocinar, pasar tiempo con mi perra Minerva y tocar el violín que dejó papá cuando se fue. Ahí es donde me siento más segura. Y con mis amigas. Son pocas, pero incondicionales. En la escuela, los demás ni me registran. O por lo menos eso creía, hasta que Simón Oliveira consiguió mi contacto y empezó a escribirme.
Editorial: Nube de Tinta
Páginas: 144