Este libro tan extraño para el siglo XXI como su autora -hoy casi olvidada- presenta a priori ciertas características singulares. La primera, bastante habitual en su tiempo, es que su primera edición argentina se realizó en veinte entregas del diario La Tribuna en 1870. La segunda peculiaridad que podemos señalar es que la versión original de 1868 -también por entregas- estaba en francés y se había editado en la revista L'Artiste de París, donde entonces vivía la autora. Y una tercera particularidad digna de destacar es que la traducción de la obra para La Tribuna fue llevada a cabo por un autor mayor de la literatura argentina: Lucio Victorio Mansilla, hermano de la autora.
Los elementos del folletín utilizados por Eduarda Mansilla en la novela respetan la estructura tradicional de la cronología, apuntalados en el paisaje, la rusticidad de la vida rural, el romance, el cuadro de costumbres, la familia tradicional, el rol de la mujer y detalles de la vida en tiempos de Rosas, que enmarcan la técnica del crescendo dramático y el desenlace, propios del género. Tampoco está ausente en el texto la intención pedagógica de esta autora que muestra su obra en Europa, ilustrando sobre el particular el gran desconocimiento de entonces sobre estos territorios bárbaros. Eduarda Mansilla, junto con Mariquita Sánchez, Juana Manuela Gorriti y Juana Manso, ocupa sin dudas el espacio fundacional de ese espacio que aún hoy sigue sin ser reconocido en todas sus dimensiones, la literatura argentina escrita por mujeres.
Editorial: Colihue
Páginas: 304