Cuando regalamos un oso de peluche a un niño para que acompañe sus noches y ahuyente sus pesadillas, no sabemos a qué peligros lo exponemos. Tal vez a interrogarse, más tarde, sobre lo que es la literatura.
Tras haber explorado el cuerpo de los hombres de letras en Microbios, Diego Vecchio exhuma ahora, con Osos, la prehistoria de la ficción. Es terrible reconocer que conforme acumulamos lecturas, perdemos el sentido de la lectura. Con el tiempo, ya no llegamos a leer como al principio. El niño se entrega completamente a los libros, mientras que muchos adultos, capaces de analizar sus sutilezas, ya no logran cruzar los espejos carrollianos. Aprobaron ritos iniciáticos, pero nunca “reingresaron”.
La literatura es insomnio. Sólo aquellos que no pueden dormir y se dejan extraviar en el bosque de las ficciones, podrán entrar en este mundo de osos hechizados y ranas hechiceras.
Caminemos, entonces, absorbidos por este libro, echando piedrecitas, con la esperanza de no ser devorados.
Editorial: Beatriz Viterbo
Páginas: 128