Lila terminó de cruzar el cañaveral
porta una corona de trenzas, otra
de cintas. Es larga, espiralada
lleva botas azules, las cintas del deseo
ondulan invisibles, caireles delicados
el maletín de oro. En la esquina
canta el fresno, con voz grave
empuja el viento las semillas
castillo de azúcar ocre, vuelan
otras pócimas, canta el fresno
grave alegre despedida: -¡Oh!
pequeñas luces. ¡Oh! dulces
violines. ¡Oh! andariegas
toda la fuerza de céfiro
las lleve al monte, lejos.
Editorial: Zindo y Gafuri
Páginas: 60