A Bilina no le gustan los adultos, tampoco los niños. Odia que le regalen flores si no están envenenadas, le fastidian las telenovelas, las vecinas charlatanas y la masa compacta de llantos y gritos en el micro escolar. Pero si hay algo que realmente no soporta es que le digan lo que NO puede hacer. Porque a Bilina le gusta ser como es y ver el mundo a su manera. Especialmente cuando está en su cuarto-laboratorio entre fórmulas, hechizos y pociones, tarántulas carnívoras y murciélagos, tramando complicadísimos planes para destruir el mundo.
Editorial: Alfaguara
Páginas: 128