Por primera vez en su vida, Clementine «Emmy» Ryder no sabe qué hacer. Ha conseguido cumplir todos los objetivos que se había propuesto. Dejó su pueblo natal, acabó sus estudios y se forjó una reputación haciendo lo que más le gusta: montar a caballo. Pero cuando una lesión se convierte en un obstáculo imposible de salvar, Emmy lo deja todo atrás y vuelve al lugar del que lleva huyendo toda la vida.
Luke Brooks es el «chico malo» más conocido de Meadowlark, además del nuevo propietario del bar local. También es miembro extraoficial de la familia Ryder, y pasó toda su infancia molestando a Emmy, la pequeña del clan. Han pasado años desde que vio por última vez a la hermana de su mejor amigo, pero desde el momento en que la joven entra de nuevo en el bar y regresa a su vida, no puede apartar su mirada de ella.
Brooks está decidido a descubrir por qué Emmy ha vuelto a Meadowlark y qué ha ocurrido para que el brillo de sus ojos se haya apagado. Pero, primero, necesita que acepte su propuesta de ser amigos. Una oferta que no tiene nada que ver con el hecho de que no pueda dejar de pensar en ella. Al menos, eso es lo que se dice a sí mismo.
A medida que la relación entre ambos se vuelve más estrecha, resulta difícil para Brooks mantenerse alejado de Emmy. ¿Podrá ayudarla a recuperar su chispa? ¿O ambos arderán en llamas?
Editorial: Titania
Páginas: 288