A 150 años de esa espléndida alborada en la que el pueblo, según célebres palabras de Marx, se dispuso a crear una nueva sociedad, resplandeciendo de entusiasmo por su iniciativa histórica, la publicación de este diario de Jenny Marx -lucida y suspicazmente editado por Michael Löwy y Olivier Besancenot- ofrece una biografia insidiosa de la Comuna, construida a partir de las miradas agudas de Karl Marx y de su hija. Por MARX EN PARÍS, 1871. El "Cuaderno Azul" de Jenny desfilan, exhibiendo sus cuerpos y sus gestos, sus acciones y sus ideas, algunas de las figuras más sobresalientes de la Comuna: Elisabeth Dmitrieff, Léo Frankel, Charles Longuet, Louise Michel Eugène Varlin. Pero también artistas y escritores que, como Gustave Courbet y Arthur Rimbaud, tuvieron alguna cercanía con la insurrección y compartieron sus ideales.
El Cuaderno Azul desarrolla problemas de intensa actualidad: la potencia revolucionaria del movimiento de mujeres, la validez o la obsolescencia históricas del Estado, las afinidades revolucionarias entre anarquismo y comunismo, las discrepancias entre pluralismos y ortodoxias, la dimensión ética de la militancia, la necesidad de imaginar
y edificar una utopía más allá del horizonte de la valorización capitalista.
El postfacio -que requiere imperiosamente ser leido a continuación de la obra destaca la importancia que tenía para Marx aprender con el acontecimiento mismo, en lugar
de limitarse a manipular fórmulas prefabricadas. Explicita además la trascendencia que, para una perspectiva revolucionaria, debe poseer la cooperación entre el análisis
riguroso y la imaginación creadora, es decir esa confluencia entre la "corriente fría" y la "corriente calida" del marxismo que, tras los pasos de Ernst Bloch, han propiciado Lowy y Besancenot a lo largo de sus ricas trayectorias.
Editorial: Colihue
Páginas: 112