Mäko, la morsa, se zambulle en el agua helada y luego esculpe los peces que ha visto, esos peces se encuentran justo debajo de su correspondiente escultura de hielo, es la guía que necesitan pingüinos y focas para buscar su alimento. Pero un día se parte el hielo en el que viven y desaparecen las esculturas y los peces. Todos tienen hambre. Mäko esculpe una gran ballena: pero ¿es posible que una ballena llegue a visitarlos?
Editorial: Pípala