La primera parte del díptico que Arlt completará en 1931 con Los lanzallamas, relata como Remo Erdosain, un modesto estafador sin ánimo de lucro, se une a una sociedad secreta dirigida por El Astrólogo y en la que participan El Rufián Melancólico y El hombre que vio a la Partera, entre otros, la cual pretende promover una revolución científica, sangrienta y definitiva financiada por una cadena de burdeles y rodeada de una importante red de instituciones ácratas —aunque basadas en la obediencia— planteando la creación, entre otras cosas, del misticismo industrial: «Es tan bello ser jefe de un alto horno como hermoso antes descubrir un continente».
Editorial: Losada