Yo tenía una torre de chocolate con campanas de azúcar ¡Qué disparate!
Estos poemas anónimos de la lengua española fueron buscados en el recuerdo personal, familiar y de la comunidad. Tarea emotiva y juguetona que nos ayuda a conocernos de otra manera. Ahora vuelven para los niños. La ronda nunca se acaba. Nunca se apaga.
Editorial: Sudamericana
Páginas: 32