La violencia y el delito han sido partícipes de la construcción del orden social, o lo que, comúnmente, denominamos sociedad. El orden social no es moral ni expresa el bien común; por el contrario, es desigual, estructuralmente violento, jerárquico, con relaciones de denominación tanto políticas económicas como sociales. Es un determinado orden de relaciones –legales e ilegales–que por medio de lazos sociales garantiza que la investigación de los delitos se realice de un modo selectivo; en consecuencia, castiga a los débiles y protege a los poderosos. El profesor Juan Pegoraro, a partir de un análisis de los clásicos de la Sociología, construye lo que denomina una teoría acerca del “delito económico organizado”. Sustenta su trabajo, además en el estudio empírico de los principales sucesos delictuales económicos de las últimas décadas, los que provocaron la crisis económica más importante de los dos últimos siglos.
Editorial: Eudeba
Pg. 430