Insólitos y siniestros, atrapantes y melodramáticos, estremecedores y crueles, los cuentos de Beatriz Guido condensan su mirada sobre una realidad rugosa, llena de pliegues, que muestra un cariz inverosímil y, a la vez, crudo, como si se echara sobre ella una luz develadora.
Cualquiera sea la obra que leamos que lleve su firma, sabemos que todo lo malo que pueda ocurrir sucederá en su peor versión posible. El desenlace siempre se produce de manera inesperada, aun cuando ya esté anunciado. Así debe entenderse el concepto de realidad de las ficciones de Guido, y en particular de sus cuentos: es aquello que ocurre, como quiera que sea, de manera contundente, sin que haga falta provocarlo, desearlo, ni sea posible rechazarlo.
Escribir, inventar, fabular, mentir, y también leer, es poner la mano en la trampa o caer en la cornisa. Quedar atrapado en una historia, flotar en el aire apenas sostenido por una saliente del edificio: este es el pacto que Beatriz Guido propone en sus cuentos. El lector comprobará que no se trata de actividades desprovistas de riesgos. -Valeria Castelló-Joubert
Editorial: Fondo de Cultura
Páginas: 224