Trágica y lírica, La mujer que no está nos lleva al galope por una Córdoba profunda metiéndonos de lleno desde la primera linea en una narración caleidoscopica para contarnos una de las formas del poder y la muerte en el nombre de Maria Eugenia Lubaki. Con un ritmo que cala hasta los huesos, la autora teje y desteje una historia de ficción –basada en hechos reales– abrevando en el lenguaje poético, como las mejores novelas cortas.
La sensación página tras página es la de estar viviendo un viaje cinematográfico y cubista. Para calmar el vértigo, la autora propone subtítulos y números en el tejido, algo asi como paradas en movimiento para organizar el texto, señales en el camino. Acá están las indias yucat, la tierra y los títulos, un comisario, una fiscal, una amiga, una hermana, una madre, unos hijos, una marcha, Alta Gracia, los hacheros, el glifosato, derechos y apellidos, rosas y carbón. Acá está la mujer que no está.
Una escritura vibrante nos mantiene en tensión desde la primera palabra hasta la última en ambientes cargados de espesa realidad para hablar de machismo, de patriarcado, de falocracia, al fin, de ética. Una novela que se lee rápido y se disfruta mucho en lo linguístico, y que invita a hacer una reflexión decir, más justa, más verdadera, más humana.
Editorial: Alción
Páginas: 141