En los albores de la Segunda Guerra Mundial, el matrimonio Kramer lleva una vida casi idílica. Atrás han quedado los sueños de Elisabeth, quién no quería casarse, ni tener hijos, y solo ansiaba terminar la escuela, aprender algo útil, salir al mundo. Esos planes se esfumaron a los 18 años; cuando queda embarazada. Su marido, Hans, también ha dejado algo atrás: su origen judío. Se avergüenza y lo esconde a sus socios; aparte, por convicción, es un nazi acérrimo. Se ha convertido en un comerciante exitoso; la pareja tiene cuatro hijos. Los vientos son favorables; la manera de coronar el éxito es mudarse a un hogar distinguido, a una deslumbrante mansión.
Con un tono minimalista y sutil, con ternura contenida, Hans Joachim Schädlich, narra la vida de esa familia y esa casa soñada en el espejo de los avatares de Alemania entre 1930 y 1950. Su novela es un delicado caleidoscopio que va de los días optimistas al ocaso; de la esperanza despreocupada a los horrores de la guerra, la posguerra, el descubrimiento de los campos de concentración, la llegada del Ejército Rojo. En el camino, quedan las ilusiones, salen a la luz los dobleces de la conciencia, lo silenciado ajusta las cuentas con el pasado; la casa, la propia vida, quedan en sombras. Exquisitamente construida, La mansión es una parábola ejemplar. Muestra cómo los tiempos violentos marcan y condicionan a los individuos comunes; también cómo la negación de esos individuos allana el camino de la violencia.
Editorial: Edhasa
Páginas: 184