Toda historia habla de límites que se cruzan. Y aquí son varias las fronteras: de la niñez a la adolescencia, de la seguridad al peligro, de la cultura a la naturaleza, de la amistad al amor. Tres personajes se imponen al lector: el narrador, con sus dudas y temores; Jimena, la cazaculebras, corazón de la historia; y el malvado Chico Veneno, que parece representar lo que la naturaleza tiene de ominoso. Maro Vidal Varela ha escrito un relato profundamente original, ambientado en una geografía que se comporta como un personaje más. La cazaculebras nos muestra un mundo de pasiones y riesgos que el lector visitará con inquietud y felicidad. Las ilustraciones de Mara acompañan con su propio brillo a la historia, e invitan a recorrer este extraño paisaje.