Esta inédita historia en imágenes, y los retatos que la acompañan, es al mismo tiempo un viaje por nuestra memoria -desde los tiempos de las primeras A circuladas, cuando intentábamos dibujarlas sobre las servilletas de cualquier bar barato, ayudándonos de un vaso invertido- y un viaje por el imaginario contemporáneo a través de las vicisitudes de un símbolo que, en tanto que cargado de una fuerte connotación específica, se ha convertido en sus cuatro décadas de vida en un signo conocido internacionalmente por significar no tan sólo anarquismo, en un sentido estricto, sino también transgresión en todas sus formas y variantes.
Nacida como proyecto intencional, a mitad de los años sesenta, en sótanos rebosantes de ideas y expectativas extra y antiinstitucionales, la A da sus primeros pasos sobre octavillas ciclostiladas cuya matriz viene dibujada a mano con alguna imprecisión. El 68 la hará circular por las paredes de todo el mundo, donde comenzará a hablar en todas las lenguas de la anarquía.
Editorial: Asunto Impreso
Páginas: 128