A la hora de hacer un balance de los últimos años en nuestro país, se puede concluir rápidamente que hubo un pequeño grupo gobernante, proveniente de los sectores más concentrados de la economía, de las clases alta y media alta, que aumentó su riqueza de manera significativa y otro, conformado por la mayoría de la sociedad, que disminuyó sus ingresos notablemente. Entre los perjudicados están los trabajadores, los empresarios PyME, los monotributistas, los desocupados y los indigentes, casi literalmente a la intemperie.
Muchas de las víctimas del modelo neoliberal que implantaron Macri y su equipo los siguen apoyando. ¿Paradójico? Se trata de los herederos de aquellos a los que Jauretche llamó el medio pelo y que ahora Norberto Galasso asocia con Inocencio Esquilmao. Inocencio, que vota contra sí mismo, termina producto de sus malas decisiones políticas, Esquilmao. Reduce su calidad de vida, debe abandonar los pequeños placeres que lo hacían feliz. Pero, aunque se encuentra más cercano en la pirámide social a los sectores populares, no pierde sus aspiraciones e ínfulas de clase alta.
En este diálogo con Inocencio, Galasso aborda las cavilaciones, sufrimientos y dudas de los que saben que cierto voto les puede provocar más padecimientos, pero que consideran intolerable la idea de estar del mismo lado que la mayoría de los trabajadores, la gente del pueblo y los llamados líderes populistas.
Este libro es para aquellos a los que el espejo les devuelve la imagen de un sector social que no es el suyo y siguen errando por ello. Es un llamado a no repetir conductas y actitudes que resultaron fatales para sus familias. También es una ayuda para los que luchan (en el entorno familiar, en los núcleos de amigos, en el estudio o el trabajo), para convencer a quienes todavía dudan, para que juntos podamos llevar a nuestro país a un futuro mejor, con todos y para todos. Sin perder el humor...
Editorial: Colihue
Páginas: 128