El 18 de enero de 2015 el cuerpo del fiscal Alberto Natalio Nisman, a cargo de la investigación sobre el atentado a la AMIA, fue hallado sin vida en el baño de su departamento de Puerto Madero. Aunque las circunstancias de la muerte conducían a la conclusión de que se había tratado de un suicidio, la investigación resultó objeto de intensas presiones y el hecho fue utilizado políticamente por Cambiemos contra el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner en la campaña presidencial que llevaría once meses más tarde a Mauricio Macri a la Presidencia de la Nación. Es que el episodio se producía a la víspera de que el fiscal presentara en el Congreso de la Nación una vergonzosa denuncia contra la entonces presidenta. Una acusación que por su propia inconsistencia luego resultaría desestimada en varias ocasiones, y sostenida solo por los mismos operadores del Poder Judicial que en connivencia con los medios concentrados y el macrismo defienden contra toda evidencia que Nisman fue asesinado.
Editorial: Colihue
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