Como si fuera una estatua, Hilario está muy serio y callado sobre el sillón, mientras Dalú se pasea de un lado a otro con el gatito nuevo. A veces, por más que se lo exliquen, igual se pone furioso cuando su familia no comprende que todas las pelotas del mundo deberían ser de los gatos. Y también descubre, frente al mar, que con paciencia tarde o temprano todo se logra. Tres cuentos para hablar con los más chicos sobre las distintas emociones y cómo reconocerlas para poder trabajarlas.
Editorial: Albatros
Páginas: 96