La Ndrangheta calabresa siempre ha sido subestimada, considerada un fenómeno criminal menor, casi folclórico. Solo sale a la luz pública en momentos de sanguinaria celebridad, como ocurrió en Duisburg (Alemania) en 2007, en un salvaje ajuste de cuentas en el que murieron seis personas. Crecida y fortalecida en el silencio, hoy tiene ramificaciones en los cinco continentes, y contactos con las principales organizaciones terroristas y criminales del mundo. La #Ndrangheta, además de ejercer un destacado protagonismo en el tráfico de cocaína, está presente en todas las actividades productivas y en todos los sectores importantes, de la construcción a la sanidad, de la logística a la gestión de residuos, con una facturación que en 2007 alcanzó los 40.000 millones de euros. Una cifra que es fruto de su extraordinaria capacidad de adaptarse a las exigencias del mercado y a su combinación de tradición y modernidad. Nicola Gratteri y Antonio Nicaso son los mayores expertos mundiales en esta organización, cuya evolución no ha anulado los antiguos rituales, readaptados pero nunca descartados. Una liturgia en la que conviven el arcángel san Miguel y mitos ancestrales, invocaciones improbables al Evangelio y a la religión cristiana, y pintorescas ceremonias de iniciación centradas en el «vínculo de sangre». Un universo simbólico que puede parecer extraño y delirante, pero que resulta muy útil para conservar una sola identidad en cualquier lugar y ocasión. Gratteri y Nicaso han logrado una extraordinaria reconstrucción de la historia y la atmósfera de una escena criminal de asombroso alcance y brutalidad.
Editorial: Debate