Lunes, 9 de agosto de 1999. El siglo está en sus postrimerías. Nueva York posee una población de treinta y cinco millones de seres humanos. Viven hacinados en las casas, en los cementerios de coches que en otro tiempo fueron estacionamientos, en los viejos barcos anclados a orillas del Hudson, en los depósitos militares cerrados hace mucho... y algunos ni siquiera tienen un techo donde guarecerse y viven en las calles. El petróleo se ha agotado, los vegetales se están acabando, la carne es un artículo de lujo, la gente vive a base de galletas y sustancias extraídas del mar y el agua está racionada: cualquier accidente puede romper este precario equilibrio.Es aquí donde encontramos a Andrew Rusch, un policía cuyo trabajo es investigar los crímenes que se producen a diario en Nueva York, pero también cargar contra las muchedumbres que simplemente piden comida y agua. Sin embargo, en ese miserable mundo, que puede ser el nuestro dentro de unos años, en el que todo escasea excepto la necesidad, ni siquiera la policía tiene efectivos suficientes para llevar a cabo su trabajo.La novela en que se basa Soylent Green.
Editorial: Minotauro
Páginas: 336