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Descripción

Este libro analiza las circunstancias políticas y sociales que determinaron la implantación del castellano como lengua principal de América.

Los monarcas castellanos mantuvieron, desde el principio, la política de enseñar el castellano a los nativos, pero la falta de medios adecuados o la interferencia de otros intereses determinaron que no se alcanzaran nunca resultados significativos. La posición de los misioneros fue fundamental porque prefirieron aprender ellos las lenguas amerindias y utilizarlas como vehículo para la evangelización, considerada la misión prioritaria de España en América. Hasta finales del siglo XVII no vuelve a insistirse en el carácter imperativo de la política de castellanización, que llega a desarrollarse con más convicción desde mediados del siglo siguiente, en plena Ilustración, cuando se cambia radicalmente la administración americana.

Justamente al término de ese período se inicia el constitucionalismo y las independencias de las colonias. La declaraciones de derechos, que proclaman la igualdad de todos los habitantes de las nuevas repúblicas, supusieron cambios fundamentales para los nativos. La igualación afectará también a la lengua, que habrá de ser la propia de la nación: una lengua común que deberán conocer todos los ciudadanos. Algunas de las emergentes repúblicas se plantean enton­ces si la lengua que en ellas se habla es la española o un idioma desgajado del castellano clásico. La unidad del idioma es el principio que acaba consolidándose.

Autor: Santiago Muñoz Machado

Editorial: Crítica

Páginas: 832