Descripción

Este libro, en general, se maneja con muchísima libertad, varía de narradores, de géneros, de temática y hasta de extensión, sin ningún reparo. Mi intención de buscar la unidad, de buscar qué tienen en común estos cuentos, de descubrir por qué Gandolfo los puso todos en un mismo volumen, no dio resultado. Podría decir algunas pequeñas cosas, algunos pequeños detalles que siento que podrían darle alguna unidad al libro pero no creo que sea necesario porque no es eso lo que se destaca de este volumen de relatos. Y, creo, es justamente la diversidad, lo más interesante. El poder pasar de un policial de arrabal a un relato fantástico así como así, sin siquiera que el título te dé una sola pista. Lo que abunda de manera indiscriminada es un gran nivel de detalle y descripción. En algunos momentos casi innecesaria.
El volumen arranca con La oscuridad bajo la mesa, relata una escena que, en un primer momento, parece bastante ordinaria (por común): típico marido oficinista que llega temprano del trabajo y encuentra a su mujer con otro. Pero, a medida que avanza, el relato se pone más interesante. El minucioso detalle con el que Gandolfo describe la escena de sexo entre mujer y amante es atrayente. Más atrayente es que nos la está relatando el cornudo. El protagonista de Ferrocarriles argentinos dice que odia las historias sin principio, sin desarrollo claro, sin final, sin rieles, sin ritmo relacionando como durante todo el cuento, la literatura con los viajes. Los relatos de este volumen, definitivamente, tienen rieles.

Autor: Elvio Gandolfo

Editorial: El Andariego