En los viejos tiempos, los mineros llevaban un canario en una jaula. Si había gases venenosos en la mina, la pequeña criatura sería la primera en morir; y, si el canario moría, los hombres sabrían que corrían peligro. Aún hoy podemos ver en los pájaros el estado del planeta: si los dañan la despreocupación humana y la polución del aire y el agua, eso quiere decir que a todos los seres vivos, nosotros incluidos, también les espera lo mismo. La pequeña Samantha no piensa mucho en los pájaros. No le parecen más que animales gritones que ella y su gata, Bola de Pelo, persiguen para divertirse. Hasta que un día, su vecina de al lado, la señora Phoebe Merganser, la lleva a hacer un viaje muy extraño, y Samantha aprende cómo es de verdad la vida para las aves.
Editorial: Duomo
Páginas: 72