En el pueblo de las ardillas hay un congreso en el que se revela el funcionamiento de un gran invento: el teléfono. Maravilladas, las ardillas tienden lianas que hacen las veces de cables y las conectan a teléfonos hechos de arcilla. Esa misma noche, una ardillita quiere hablar con su abuela y descubre que para hacerlo tiene que lanzarse a correr por los `cables´ del teléfono hasta llegar a su casa.