El principito habita un pequeño asteroide, el B 612, el cual comparte con una flor vanidosa y tres volcanes. De allí parte de viaje por los planetas, y “cae” en la Tierra, donde entabla una amistad entrañable con un aviador. Descubre que, separado de las cosas que daban sentido a su vida cotidiana, que requerían su cuidado y le proporcionaban bienestar, se siente más solo que nunca. Las conversaciones con el rey sin súbditos, el borracho que bebe para no avergonzarse de beber, etc., le demuestran que vivir aislado no tiene gracia, es ridículo, y no sirve para nada. Y más tarde, las charlas con el zorro le enseñan que quien entabla una relación es responsable para siempre de aquello que ha creado. Así, con este aprendizaje y abrumado por la melancolía, decide regresar a casa y nos deja la posibilidad de intuirlo cada noche en el cielo estrellado.
Editorial: Losada
Páginas: 96