La caja del Banco André Fauvel, en París, aparece desvalijada una mañana sin señales de haber sido forzada. 350.000 francos han sido robados. Los únicos depositarios de llave y contraseña son el propietario del banco, André Fauvel, y su cajero, Prosper Bertomy, empleado de toda confianza del primero. El cajero es detenido, para ser puesto en libertad por falta de pruebas. Un vacío social, peor que la condena, recae sobre él. Pero un leve rasguño en la puerta desata la imaginación del inspector Lecoq, quien descubre un turbio pasado de amor y odio, chantaje y asesinato.
Esta historia, de diálogos memorables, personajes nítidamente trazados y ágil factura, es una de las primeras muestras del género, que aúna lo mejor del folletín y de la incipiente novela de misterio.
Editorial: Claridad
Páginas: 363