El Diario de Adán y Eva, reflejo del más puro estilo de Twain, franco y a veces con un irreverente sentido del humor rayano en la sátira social, deja traslucir su pluma ingenua, directa y crítica, que luce con el mismo filo y riqueza que en sus grandes creaciones literarias. Su vigencia, frescura y ocurrentes observaciones han permitido que la obra, a casi cien años de la muerte de su autor, pueda leerse con el mismo agrado y simpatía que despertó en su tiempo. En este singular “diario”, nuestros padres originarios comienzan a descubrirse poco a poco el uno al otro, al tiempo que descubren el mundo al que han sido arrojados tras haber perdido el paraíso: “Empiezo a comprender la razón de ser de la semana: seguro que es para descansar del aburrimiento del domingo”, comienza escribiendo en su diario un reflexivo Adán.
Editorial: Longseller