En El alcalde de Zalamea -un campesino ultrajado defiende el honor de su hija frente a un noble- alcanza su punto de madurez la dramaturgia de Pedro Calderón de la Barca, el autor de teatro más popular de su tiempo y más tarde muy valorado por el romanticismo. El héroe de esta obra, el alcalde Pedro Crespo, representa el espíritu democrático; el tema del honor es llevado a situaciones extremas y desorbitadas donde se contrapone la autoridad verdadera al autoritarismo. Un verso musical, rico en metáforas, y sobre todo, la construcción de un orden en la vida y en el arte que fue la obsesión de Calderón.
Editorial: Longseller