En la casa de Edelmira siempre está la tele encendida y la que nunca se aparta de ella es la mamá. En este peculiar cuento de Adela Basch, madre e hija proponen dos maneras muy distintas de vivir, en una pugna entre lo real y lo imaginario. Una historia fascinante que obliga a reflexionar sobre qué es lo verdadero y qué lo artificial.