Querido diario, te cuento que por fin me decidí: a mi barco, viejo y roto, por monedas lo vendí...
Así escribe en su diario íntimo nuestro querido pirata, que se cansó de la vida en altamar y vendió todo para alquilarse un departamento en la ciudad. Con parte de su tesoro compró ropas elegantes; ahora escucha rock and roll, ¡no más cantos de sirenas!
Editorial: La Brujita de Papel
Páginas: 32