Si se nos preguntara qué es la democracia, probablemente nos costaría definirla, como suele ocurrir con casi todo aquello que nos es familiar. Tal vez daríamos una respuesta escolar: «es el gobierno del pueblo». Sin embargo esta definición supone premisas y consecuencias relevantes, porque implica asumir un rol consciente y una exigencia activa al delegar el poder en quienes nos representan. Imperfecta y frágil, la democracia es irremplazable cuando se trata de garantizar la búsqueda del bienestar individual y social. Para gobernar una sociedad compleja es necesario establecer principios, reglas, fines, límites, pero también educar a la ciudadanía. «Democracia» significa todo eso, tanto se trate de una forma de gobierno o del modelo organizativo de la sociedad, como explica con maestría y sencillez Gherardo Colombo. Como magistrado durante más de tres décadas en Italia, el autor contribuyó a la investigación de casos resonantes como la Logia P2 y Manos Limpias.
Editorial: Adriana Hidalgo
Páginas: 106