El Deseo, sin lugar a dudas, es uno de los temas centrales en la obra de Hilst. Este libro comienza con un epígrafe escrito por ella misma en el cual el deseo, personificado, se describe como: Lava. Después polvo. Después nada. Los tres momentos, la transfromación de lava en nada, sintetizan algo que atraviesa la poesía de la autora. Uniendo lo sagrado y lo profano, lo alto y lo bajo, a partir de una tradición que abarca varios siglos, Hilst marcó sin dudas una búsqueda particular en la poesía y también seguramente resultó y aún resulta llamativo el modo en que, con una experiencia desbordante, eligió mostrarse a sí misma, tanto en su obra como fuera de ella.
Editorial: Postales Japonesas
Páginas: 85