Tras una larga década de gobiernos neoliberales, a comienzos del siglo XXI América latina dio un viraje político concluyente. En un país tras otro asumieron gobiernos que en, sentido genérico, se llamaron progresistas. Cada uno con inflexiones propias, pero todos opuestos a la herencia que habían recibido, los efectos de lo que se llamaba entonces el Consenso de Washington. La nueva agenda incluía ampliación de derechos sociales y económicos, el reconocimiento de las minorías, el fortalecimiento del rol del Estado y del intercambio regional. Los altos precios de los commodities (soja y minerales, por ejemplo) en gran medida financiaron esta expansión, que generó un crecimiento inédito.
Sin embargo, a poco andar esta firme voluntad política dejó ver sus sombras. Se subordinó el cuidado del ambiente a la explotación minera, la expansión de la frontera petrolera y del agronegocio; las instituciones se debilitaron; el populismo empezó a imponerse al progresismo; la corrupción afloró; el crecimiento económico se ralentizó o directamente se detuvo. Todo aquello que se había conseguido quedó ensombrecido por esta regresión, que echó un manto de sospecha sobre el conjunto de las políticas.
Este libro de Maristella Svampa es un análisis brillante y sin concesiones de esta parábola. De aquello que el progresismo construyó, de lo que dejó pendiente y de su cariz reaccionaria con aquellos que lo criticaron; de su legado en forma de derechos y leyes y en forma de descrédito, lo que abrió las puertas a que en varios países de la región fueran elegidos gobiernos cercanos al neoliberalismo precedente. Es un ensayo indispensable para entender de manera crítica la historia reciente y para que su herencia no sea meramente la negación de ese tiempo.
Editorial: Edhasa
Páginas: 296