Cumbres borrascosas se publicó en Gran Bretaña en 1847 con mal recibimiento por parte de la crítica de la época. Sin embargo, con el paso del tiempo y las sucesivas lecturas, se la empezó a considerar como una de las grandes obras narrativas de los últimos siglos. Funcionó –y, de hecho, continúa haciéndolo– como una suerte de usina para múltiples adaptaciones a lenguajes, medios y soportes diversos. Cumbres Borrascosas no es una novela fácil o complaciente; en ella, la autora crea y describe un mundo apasionado y violento, tumultuoso y desbocado con la intención de abordar cuestiones brutales, descarnadas y hasta censuradas por las convenciones que regían a la famosa y rígida moral victoriana. Todo ello, lo hace retratando a un protagonista que se aleja bastante de los cánones valorados por la sociedad británica del siglo XIX, y a través de una narración que se caracteriza por un tratamiento seco y escueto del lenguaje.
Editorial: Lea Ediciones
Páginas: 320