"Uno no está derrotado sino cuando él mismo dice que lo está. La derrota más grande, llorándola, es más grande. Todo sirve en el mundo sabiéndolo aprovechar. Y cuarto, pero no último, no hay mal que por bien no venga.
Estas reflexiones y otras más pues era zorro de agolpado pensar se las debió hacer Cola Caída, orgullo de su tribu y envidia de las demás, por eso, por cola caída y, de yapa, por diente roto y por pata pelada.
Sucedió una vez que este zorro, que no era más zorro que cualquier otro, sino más bien menos, se vio en terrible situación de hambre atrasada y, desesperado, resolvió acometer una empresa también desesperada. Nada menos que asaltar, al anochecer, un gallinero en el poblado. Hazaña esta que había oído contar muchas veces, pero ni él ni nadie conocía a alguien que la hubiese realizado: todo era de oídas".
Editorial: Colihue
Páginas: 512