¿Quién dijo que los monstruos tienen que ser malos, feos y malolientes? Que nunca tienen que llorar y ni hablar de mostrar otros sentimientos... La autora desmiente esta teoría y te cuenta cómo es un monstruo sensible. Con mucho humor y fácil escritura para la diversión de chicos y grandes.
Editorial: Quipu
Páginas: 36