El derecho a sentir. A guardarte eso que sentís y a tener alguien de confianza para contarle.
A ser consciente de lo que sentís (con palabras o sin ellas), a no tener una respuesta, a no sentir lo mismo que todos, a tener sentimientos encontrados, a estar en crisis.
El derecho a la pausa (no actuar por impulso), a saber que no somos lo que sentimos, a que no te obligue la emoción de otro.
El derecho a grandes emociones.
Editorial: Loqueleo
Páginas: 144