La mirada es un ejercicio de distancia. Hay que estar cerca para ver de qué está hecho el universo que nos ronda. Y hay que estar lejos, también, para que esa materia que se observa -y sobre la que se escribe- no nos incorpore por completo a su sistema de saberes. ¿Dónde pararse, entonces, para tener la mejor vista de todas? Cecilia González sabe, o al menos intuye, dónde está ese punto delicado donde el mundo se quita la máscara.
Cecilia llegó de México -su país- en el año 2002, y lo hizo pensando que venía de vacaciones. Se equivocó. Desde entonces cubrió Argentina -la materia- como corresponsal de Notimex, la agencia estatal de noticias de México. Y vive en Argentina -el territorio- con una entrega y una intensidad que le han permitido, en todo este tiempo, tomarle el pulso a la vida política local, pero también meterse en los recodos de nuestra idiosincrasia. Las complejidades ásperas y apasionantes del kirchnerismo y sus doce años en el poder. Las luchas feministas intensificadas por el aumento de la violencia contra las mujeres y por la creación del colectivo Ni una Menos. Las heridas todavía frescas de la dictadura militar. La ruta del narco en nuestro país y la coronación de Cecilia como "especialista" en la materia. La riqueza, las contradicciones y la condición combustible de la vida cultural local. El lado B del circuito de milongas donde el tango muestra su elegancia, pero también sus prejuicios. Los conductos del deseo que recorren las redes sociales hasta llegar a la calle y a la cama. La angustia de estar sola. La felicidad de estar sola.
Desde una perspectiva siempre intransferible y con una prosa ágil, limpia, entretenida y bien argumentada, Cecilia demuestra que la eterna discusión sobre el carácter subjetivo del ejercicio periodístico es, aparte de eterna, intrascendente. Bienvenido este libro, entonces, porque es eso -honestidad y belleza- lo que tiene entre manos Cecilia González. (Josefina Licitra)
Editorial: Marea
Páginas: 216